La lucha por la justicia es central en el mensaje de Jesus en el Evangelio.


«”Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero, y te alojamos; desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?”     
Y el Rey les responderá: “Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo”». (Mateo 25, 37-40)

La lucha por la justicia es central en el mensaje de Jesus en el Evangelio.
El contenido de la DSI desde la RN hasta la LS. nos habla de la justicia social y de la dignidad de la persona, del bien común...etc
Sufrimos persecución por considerar a la justicia social constitutiva de la evangelización.
Además hoy con el contenido del mensaje del Papa Francisco que predica el REINO DEL PADRE.
Un Reino social y público. donde incluye y difunde la Teología del Pueblo ....teniendo en cuenta la Cultura Popular y la Lógica de la Misericordia.promoviendo que  el Amor concreto se convierte en acción política.


LETRA Y ESPÍRITU


Nuestra misión es evangelizar, santificar y formar las rectas conciencias para imbuir de los valores del evangelio los diversos ambientes....

El bautismo nos da el carácter sagrado de nuestro ser laico, ser del pueblo de Dios.
“El Señor está con ellos, viven y todo lo que hay en ellos es vida de su espíritu. Tú me curarás, me darás la vida” (Is 38,16).
Es impulsar una evangelización liberadora.

Recordar y comprender nuestra razón de ser y pertenecer, significa volver a la concepción liberadora de la evangelización en palabras y en obras.

Buscar hacer no sólo obras benéficas -que producen bienes-, sino liberadoras, es decir, las que, además, se dirigen a arrancar la raíz de los males.

Todo esto, que antes se llamaba “liberación”, está muriendo la muerte de mil cualificaciones, distinciones y prudencias. “Liberación” -al igual que “popular”- es palabra olvidada en la Iglesia, como si no fuese central en Medellín y en Puebla, en la Evangelii Nuntiandi de Pablo VI, y el pontificado de Francisco, con Laudato Si.... pero sobre todo en el evangelio de Jesús.

La lucha por la justicia es “constitutiva” del Evangelio.
Desde la RN hasta la LS. Conforman la DSI.

Que la misión de la Iglesia debe ser liberadora, si quiere superar el pecado del anti-reino y propiciar el reino de Dios, no necesita de mucho discurso.

El problema está, en que esa misión de liberación necesita de una Iglesia dispuesta a ello -y no siempre es fácil encontrarla. Lo que nos preguntamos es si existe tal Iglesia al servicio de la liberación de los pobres, si más allá de muchas palabras, se hace de la liberación y la lucha por la justicia social y la opción preferencial por los pobres, la misión central de la Iglesia. Y nos recuerda que sí lo fue para Jesús, y que, en lugar de alejarnos de Dios, esa misión liberadora nos acerca al Dios de Jesús.

La opción por los pobres, entonces, es un hecho de verdadera y profunda espiritualidad tanto en cuanto busca pensar y dejarse iluminar por el Espíritu ante el hermano y su dolor, en cuanto busca conocer y realizar la voluntad de Dios ante esa misma realidad y en cuanto en esa realización se provoca un encuentro de amor con Dios. Se trata de tener claro que “el segundo mandamiento es semejante al primero” y que en el amor al prójimo – y en especial a los preferidos de Dios – se concreta el amor a Dios ya que “no se puede amar a Dios a quien no se ve si no se ama al hermano al que sí se ve”.
Señalemos, sin embargo, que – precisamente porque la realidad de los pobres se trata de una realidad causada por la injusticia, por políticas que no miran al pobre sino al beneficio de unos pocos, por desintereses e indiferencia o incluso por actos violentos – la “opción” implica “pararse” en un lado de la “grieta” para encontrar allí a Dios y salirle al paso, para aproximarse al caído al borde del camino. La afirmación de Juan Pablo II de que “los ricos son cada vez más ricos a costa de pobres cada vez más pobres” sin duda compromete, no solamente en favor del pobre; “el amor siempre lucha internamente con la muerte” [Gera, 47].
Seguramente nada hay más espiritual que el encuentro con el amor y la vida, de hecho, el Espíritu Santo es espíritu de amor, y es “señor y dador de vida”.
 ¿Es posible una auténtica espiritualidad cristiana fuera de la opción por los pobres? Si esa opción es el “test” de la fidelidad en el “sacramento del hermano” que tuvo hambre y le dimos de comer, sed y le dimos de beber… quizás sea oportuno señalar que una espiritualidad que no nos dirija la vida, el corazón y la mente en esa dirección quizás sea “espiritualidad”, pero poco o nada tendría de cristiana.
“Sin el Espíritu de Dios, la carne es cosa muerta y sin vida, y no puede poseer el reino de Dios… Pero dondequiera que está el espíritu del Padre, allí hay un hombre viviente… y la carne, poseída por el espíritu se olvida de sí y asume las propiedades del espíritu 

Se encarno y puso el cuerpo por el Amor.....nos pide que lo sigamos a predicar el REINO DEL PADRE.
Un Reino social y público.

Sin descuidar .....
lo más importante de la Ley:
la justicia, la misericordia y la fe!
(Mt 23,23-26).

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