QUÉ ES LA LECTIO DIVINA?
LETRA Y ESPÍRITU
Leer cada día una página del Evangelio durante «diez, quince minutos y no más», teniendo «fija la mirada en Jesús» para «imaginarme en la escena y hablar con Él, como surge de mi corazón»: estas son las características de la «oración de contemplación», auténtica fuente de esperanza para nuestra vida.
Lectio Divina (en latín: lectura divina, ‘lectura orante’)?
Es una metodología de reflexión y oración de un texto bíblico utilizado por católicos desde los primeros años del Cristianismo. El primero en utilizar la expresión fue Orígenes (aprox. 185-254), teólogo, quien afirmaba que para leer la Biblia con provecho es necesario hacerlo con atención, constancia y oración.
En el centro de la práctica de la lectio divina se encuentra una actitud receptiva y reflexiva de lo que Dios dice por medio de la palabra.
Es una metodología de reflexión y oración de un texto bíblico utilizado por católicos desde los primeros años del Cristianismo. El primero en utilizar la expresión fue Orígenes (aprox. 185-254), teólogo, quien afirmaba que para leer la Biblia con provecho es necesario hacerlo con atención, constancia y oración.
En el centro de la práctica de la lectio divina se encuentra una actitud receptiva y reflexiva de lo que Dios dice por medio de la palabra.
Contempla cuatro partes:
lectura, meditación, oración y contemplación.
Estas deben realizarse en silencio y contemplativamente. Durante el medioevo, esta metodología era utilizada principalmente entre el clero monástico. Con el tiempo se extendió a los fieles. Actualmente es una práctica común entre los católicos practicantes.
lectura, meditación, oración y contemplación.
Estas deben realizarse en silencio y contemplativamente. Durante el medioevo, esta metodología era utilizada principalmente entre el clero monástico. Con el tiempo se extendió a los fieles. Actualmente es una práctica común entre los católicos practicantes.
La Lectio Divina es la lectura de la Sagrada Escritura de un modo no académico, sino espiritual, lo que nos permitirá “conocer a Jesús de un modo cada vez más personal, escuchándolo, viviendo con él, estando con él, siendo sus amigos, en una comunión de pensamiento que “no es algo meramente intelectual, sino también una comunión de sentimientos y de voluntad, y por tanto también del obrar”.
El Papa Benedicto XVI nos recomienda esta antigua práctica que literalmente quiere decir «lectura de Dios»:
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