Bajo el imperio del grosero y del obsceno

Bajo el imperio del grosero y del obsceno

21 de Mayo de 2019


[Por: Leonardo Boff]



Si hay algo que lamentar profundamente hoy en día en las redes sociales de nuestro país es el imperio de la grosería y la obscenidad.

Esta metáfora ya fue usada por otros: parece que las puertas y las ventanas del infierno se abrieron de par en par. Entonces los demonios salieron de lesiones personales, las lesiones, la  noticia falsa , mentiras, calumnias y todo tipo de palabras de argot muy bajo. No necesitaría a Freud haber llamado la atención al hecho de que hay personas con fijación anal, usando palabras escatológicas y metáforas ligadas a perversiones sexuales, pues las encontramos frecuentemente en los twitters, en los facebooks, en los youtubes y en otros canales.

La grosería demuestra la falta de educación, de civilidad, de cortesía y de polidez en el trato con las personas.La grosería transforma a la persona en vulgar. El lenguaje vulgar utiliza expresiones que dañan la sensibilidad de otros a su alrededor. La vulgaridad contumaz deja a las personas inseguras, pues, nunca saben qué gestos, palabrotas o metáforas de mal gusto pueden salir de gente grosera. El grosero casa el mal gusto con la falta de respeto.

Especialmente, aunque no exclusivamente, es el hombre más vulgar en su lenguaje. La mujer, no exclusivamente, puede ser vulgar en el modo de exponerse. No se trata sólo en el modo de vestir, haciéndola explicitamente sensual y seductora, pero en el comportamiento inadecuado de ponerse. Si a eso todavía se suman palabras obscenas y groseras se hace más vulgar y grotesca.

Especialmente grave es cuando los dueños del poder como un presidente, un juez del Tribunal Supremo, un ministro de estado o senador entre otros, olvidar el  carácter simbólico d e su posición y el uso de expresiones vulgares e incluso obscenas. Se espera que expresen privada y públicamente los valores que representan para todos. Cuando falta esta coherencia, la sociedad y los ciudadanos se sienten traicionados y hasta engañados. Aquellos que usan excesivamente expresiones indignas de su alta función son los menos indicados para ejercerlas.

Desgraciadamente es lo que verificamos casi diariamente en el lenguaje de aquel que ocupa el cargo más alto de la nación. Su lenguaje, no raro, es tosco, ofensivo, cuando no escatológico y casi siempre burlesco.

Si es grave alguien ser grosero, más grave todavía es el ser obsceno. Pues, éste, el obsceno, rompe el límite natural de aquello que implica respeto y el sentido bueno de la vergüenza. Aristóteles en su Ética anotaba que nos damos cuenta de la falta de ética cuando se perdió el sentido de la vergüenza. Sin ella, todo es posible, pues, no habrá nada que imponga algún límite. Para la  Shoah , el asesinato en masa de los Judios por los nazis, se convirtió en terrible realidad.

No todo vale en este mundo. Hubo alguien que fue sentenciado a la muerte en la cruz por testificar que no todo vale y que es digno entregar la propia vida por aquello que debe ser incondicionalmente intocable y respetable: la reverencia al Sagrado y la sacralidad del pobre y de lo que injustamente sufre.

Había una figura en Occidente se ha convertido en el arquetipo de la cortesía y la finura de espíritu, lo que Pascal llama " espíritu bien si y sólo si" en oposición al " espíritu de géométrie "; aquel, lleno de cuidado y de delicadeza y este otro, marcado por la frialdad del cálculo y por la voluntad de poder.

Un franciscano francés, Eloi Leclerc, sobreviviente del campo nazi de exterminio de Dachau y Birkenau, tradujo así la cortesía de Francisco de Asís: "tener un corazón leve" sin ningún espíritu de violencia y de venganza, el reverso el de tener un corazón pesado como el nuestro, lleno de groserías y de obscenidades. Luego se hace que el  Poverello  de Asís dice:

"Tener un corazón ligero es escuchar el pájaro cantando en el jardín. No lo perturbes. Hazlo lo más silencioso posible. Escucharla. Su canto es el canto de su Creador.

"Rosas florecen en el jardín. Deja que puedan florecer. No extiendas la mano para cosecharlas. Ellas son la sonrisa del Creador.

"Y si encuentras un miserable, alguien que está sufriendo desesperado, calla, escúchalo. Llena tus ojos con la presencia de él, con la vida de él hasta que pueda descubrir en tu mirada que tú eres tu hermano. Entonces hiciste existir.Tu fueras Dios por tu hermano "( El sol se levanta en Asís , Voces 2000 p.127).

Recuerde decir: somos seres dobles, groseros y obscenos, pero también podemos y debemos ser gentiles y corteses. De estos necesitamos muchos, en los días actuales, en nuestro país. Para ello importa educar el corazón (sí, dar valor a la educación) para que sea ligera y totalmente distante de toda la grosería y de toda obscenidad, tan vigentes entre nosotros.

Leonardo Boff es teólogo, filósofo, ex fraile pero conservando el espíritu franciscano de Asís.



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