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Manuel Mandianes, al Papa: “Eres libre, no tienes que demostrar nada a nadie”



El Papa Francisco

(Manuel Mandianes).- Querido Francisco, a pesar de que hablas con una claridad meridiana, algunos tratan de aclarar y explicar lo que dices porque te escuchan con sordinas y te leen con gafas oscuras. Mucha gente de Iglesia, entre ella sacerdotes y obispos, temen que estés llevando a la Iglesia por un camino incierto porque no admiten la irrevocable sentencia del tiempo sobre todo ni que la vida tiene mucho de juego de naipes y que para jugar hay que conocer las cartas y saber las reglas.
Has puesto en el mapa a los que no tienen ningún lugar fijo ni cuentan en el orden establecido, causa de tus tristezas y de tus alegrías: los pobres, los inmigrantes, las marginados, los débiles, los devastados, los olvidados porque los has hecho protagonistas de muchos de tus proyectos; pides que se les oiga, que se les de un espacio en donde expresarse y rehacerse, y se les incluya en la esfera pública. "Pocas veces he visto tanta pasión y luminosidad en los ojos de alguien como cuando le oigo hablar de ellos", me dijo alguien. Eres un acelerador, un diseñador de tendencias que están en miles de conciencias; das voz y expresión a las convicciones de millones de personas. Eres la encarnación de mil alteridades.
Los neoliberales dicen que hay que dar a todos oportunidades para salir adelante y desarrollarse. A partir de ahí, dependiendo de su talento, de su creatividad, de su capacidad de riesgo, de su fuerza de voluntad, cada persona labrará su futuro. Teniendo las mismas oportunidades unos las aprovecharán y otros las tirarán por la borda. Unos querrán siempre más, otros se comportarán con no morirse de hambre y otros preferían morirse antes que tener que trabajar. Por eso en el mundo hay y habrá siempre pobres y rico. La igualdad está a la salida no al final del camino.
Ese es el puro derecho pero la fe constituye una estancia sustancialmente superior. La relación del amor y la ley no se rompe nunca por completo pero aquel la supera muchas veces gratuitamente. Esta gratuidad emana de la charitas, prestación gratuita, desvinculada de la contrapartida. El Papa y los neoliberales no ven el mundo desde el mismo mirador. Por eso los neoliberales dicen: "Francisco es comunista". El cristianismo no es un sistema cerrado al que todas las situaciones se han de amoldar, sino que se amolda a las situaciones sin desvirtuarse; no se identifica con ninguna cultura sino que es autónomo por eso puede sobrevivir en diferentes culturas. Lo que no podrá nunca el cristiano es saltarse la ley del amor para lo que hará falta mucho arrojo. El amor está por encima del azar, de las circunstancias y de la muerte; es un esfuerzo incontable no cuantificable, la inocencia del derroche.
Hay quien dice que eres un poco histriónico, explosivo, en fin, tropical y por eso, a veces, te precipitas sin prestar atención ni haber reflexionado lo suficiente sobre lo que vas a hacer. "En Europa somos más reflexivos y vamos más despacio", dicen. Tal vez por eso los teólogos europeos, hasta ahora, disfrutaban haciendo sutilísimos argumentos escolásticos. También he oído que tienes una visión demasiado simple del problema de los refugiados, de los perseguidos y de los que escapan de sus países porque el problema de toda esa gente no se va a solucionar recibiéndolos en los países a los que llegan sino arreglando la situación en sus países de origen. El hecho de acoger e instalarlos y brindarles unas condiciones de vida dignas produce el efecto llamada en los que aún están allá. "Muchas veces después de ver, oir o leer algo sobre él", me pregunto: "¿Francisco es el Papa o es un personaje de novela?". Y tengo la impresión de que él se pregunta constantemente: ¿Quién soy yo, cual es mi tarea en la Iglesia y en el mundo que me ha tocado vivir?.
Las derechas de España, especialmente la derecha de Cataluña, te echa en cara que no hayas llamado la atención a los obispos y a curas catalanes que están favor de la independencia de Cataluña, especialmente que no hayas llamado la atención a los sacerdotes que han permitido la instalación de urnas en las iglesias para votar un referéndum ilegal. Y aún dicen que no vienes a España porque está gobernada por la derecha.
A católicos practicantes y a ateos les he escuchado lamentar que las cadenas de comunicación de la Iglesia no tengan tertulias sobre teología, sobre Dios. Los tradicionalistas viven y ven las necesidades y tendencias del mundo de hoy como una fuerza extraña asociada a la dominación de un enemigo que quiere exterminarlos; en vez de mirar hacia adelante, miran al pasado. Por eso es difícil que aprecien la espiritualidad moderna y adopten la dinámica temporal de la expresión de la fe porque ven épocas de esplendor pasadas como la expresión correcta de la Palabra de Dios, y porque creen que los símbolos participan de la realidad divina. En los momentos de crisis, de incertidumbre y de equivocaciones, muchos añoran y echan de menos la aplicación a raja tabla de los cánones y de los dogmas porque dan una gran seguridad.
Muchas veces el lenguaje teológico había sido monopolio de unos cuantos a los que otorgaba la ventaja de hablar del cielo y del infierno en su propia lengua. Casi nadie podía expresar su opinión sobre lo que oía porque el hablante se expresaba en términos cuyo contenido era desconocido al oyente. La palabra de Jesús atrapaba de forma irresistible, visceral y absoluta a las multitudes. Hay que hacer una teología y una predicación humanista partiendo de las necesidades de los creyentes y de los ciudadanos en general. Tú desmontas los frenos teológicos a la alegría de ser cristiano; propones el evangelio como afirmación liberadora, y la vida cristiana como un proyecto que se apoya en lo más amargo, más paradójico y más fascinante de la vida.
Para no dejar extenderse la turbulencia y para insuflar nueva vida a lo que está muriendo o va mal hay que ser, a veces, radical. Si se espera a que el fruto caiga de maduro no actuaremos nunca y el fruto puede estrellarse contra el suelo al desprenderse del árbol. No podemos pasar el tiempo enmendando el pasado mientras se nos desvanece el futuro.
"Tengo la impresión de que prefiere cometer errores a quedarse con las ganas de intentarlo. Sabe y acepta que la vida es tomar decisiones y eso lleva consigo la posibilidad de aciertos y de errores, y da la impresión de que hace las cosas con el mismo entusiasmo y la misma pasión que un joven de 20 años", me dijo aquel hombre con aspecto de pastor. Pensar es correr el riesgo de equivocarse pero lo contrario es quedar fuera de combate. Pensar y abrir un libro es abrir ventanas que nos permiten conocernos y conocer a los demás.
El cristiano no es un redentor sino un enriquecedor, un sponsor de futuros más ricos, que debe contaminar e infectar con la idea de la nueva vida; debe de ser testigo de la bondad y de la belleza y no un horror show como muchas veces nos lo han mostrado. Estás convencido de que el dogmatismo, la mediocridad son el monóxido de carbono de la vida espiritual. Nos enseñas que la Pasión es sufrimiento que puede llevar a la represión del deseo pero nunca al deseo de la represión porque es fundamentalmente apasionamiento y ágape.
Por las mismas cosas, por ser rompedor, unos te critican y otros te alaban. Eres libre, no tienes ni quieres demostrar nada a nadie. Yo te veo como el delgado borde entre el antes y el después, lo antiguo y lo nuevo y atisbo lo suficiente de tu personalidad como para saber que no te conozco nada. Los conflictos por las diferencias en saber qué es lo mejor son frecuentes entre personas bien intencionadas. "Es un hombre echado para adelante como lo eran los primeros cristianos" (Pablo, apóstol de Cristo, 2018. Dir A. Hyatt).
La gente dice: "Estar cerca de Francisco es una experiencia memorableporque, a pesar de la sencillez, ejerce un impacto inolvidable en quien se acerca a él. Puedes estar entre los miles de peregrinos pero es como si estuviera para ti sólo". "Cuando lo tienes cerca tienes la sensación de que te lee, te adivina pero no te escudriña". "Es sencillo con los grandes y con los pequeños. Siempre exquisito en las formas, contundente en el fondo". No esperas que los problemas vengan al Vaticano, sales al lugar del conflicto ni eres de los que dicen: "no hay que hacer nada porque el tiempo lo arregla todo" aunque sabes que el tiempo es el mejor aliado y el peor enemigo. Tu eres un luchador, como Pablo, plenamente comprometido, la nada en sí misma que todo lo puede en Cristo.
Estás ayudando a configurar la manera de ver el mundo de mucha genteporque ves todo y a todos en Dios y a Dios en todo; porque te comprometes y porque bromeas y pides a los seminaristas que se diviertan y tengan sentido del humor. El ser humano necesita medicina y azúcar. El mundo no es como las urbanizaciones de lujo, "paraísos en la tierra al alcance de muy pocos", sino que es el horror del corazón de las tinieblas, el mal que arrastró a Pip de Moby Dick hasta las maravillosas profundidades en donde habitan los terribles monstruos, pero también es el escenario de los arrebatos místicos de Santa Teresa, del amor a los demás de Teresa de Calcuta, de la inocencia de Teresita del Niño Jesús, de la entrega diaria de mil misioneros, de mil madres y padres que lo dan todo por sus hijos, de mil voluntarios que entregan su tiempo libre a los demás. Cada uno de nosotros es ángel y demonio, capaz, al menos en situaciones limite, de lo mejor y de lo peor.
Tus palabras, que apenan a algunos y conmueven, inquietan y alegran a muchos, nos hacen adentrarnos en la densa oscuridad y, al mismo tiempo, en la luminosa trascendencia de nosotros mismos. Seguramente no tienes una idea fija de lo que tienes que hacer hasta el final pero Cristo también fue descubriendo quién era a lo largo de su vida. En buena medida, la vida hay que inventarla para serle fiel. En este siglo XXI, minado por la pasión de lo real, tú mantienes encendida la llama de la ilusión. Detestas un cristianismo light, despojado de su esencia, como una experiencia del otro sin la alteridad del otro.

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