Ignacio Ellacuría, mártir de la teología.











XABIER PIKAZA



Ignacio Ellacuría (1930-1989). Filósofo y teólogo católico, vasco de Portugalete (cerca de Bilbao), casi vecino de mi pueblo, religioso de la Compañía de Jesús. Uno de los hombres más significativos de la Iglesia Católica del siglo XX, asesinado hace 34 años (16.9.1989) precisamente por ser teólogo, por pensar y enseñar a pensar, a vivir en libertad..
Entró de joven en la Compañía de Jesús, y le llevaron pronto a estudiar en América, con otros compañeros (entre ellos Jon Sobrino), para que no se "contaminaran" en España con ideales y caminos de liberación social, humana, en tiempos de duro franquismo. Así me lo contaba, con ingenuidad de niño grande, gran pensador.
Allí en América, empezando por Ecuador, pasaron años estudiando a Sófocles, y a los grandes griegos, con el evangelio... para que no se "contaminaran" con los ideales y caminos de libertad de Jesús, como si el evangelio tuviera que estar inmunizado a los avatares, dolores y tareas de la historia..
Después estudió en Innsbruck, la mejor teología jelsuítica germana, y luego en la Universidad de Madrid, donde empezó a "contaminarse" con la filosofía de la historia, con el realismo muy concreto de la vida y de la realidad social, de la mano de X. Zubiri, que fue pronto su amigo y colaborador más cercano.
De esa forma se hizo (le hicieron) director del Seminario de Zubiri, con quien le unieron grandes lazos de amistad, comenzando la publicación sistemática de sus obras. Pudo haber sido profesor de filosofía en Madrid, pero le llamó la voz de la libertad (la contaminación del evangelio más realista) desde América Latina, y así fue al Salvador, donde le hicieron pronto profesor y rector de la Universidad Centro Americana (UCA) "José Simeón Cañas" de El Salvador, donde realizó una labor decisiva de dirección, organización y mentalización, colaborando estrechamente con Mons. Oscar Romero.
Allí teminó de contaminarse con el evangelio, desde la realidad concreta de los pobres y empobrecidos, explotados y negados, de América Latino, vinculando el realismo filosófico de Zubiri con la realidad realísima de los pobres, desde el evangelio, de la mano maestra de San Óscar Romero, de quien fue gran amigo y "mentor" en el camino del realismo cristiano.
Asumió críticamente los movimientos de liberación de América Latina, al lado de Jon Sobrino, convirtiéndose en la voz más significativa de la iglesia y de la sociedad civil latinoamericana.
Fue asesinado con otros compañeros y miembros de la comunidad jesuítica de El Salvador el 16 de noviembre de 1989, siendo reconocido desde entonces como uno de los mártires cristianos del siglo XX (con Luther King, O. Romero, D. Bonhöffer y algún otro. (El texto que sigue está tomado de Diccionario de Pensadores Cristianos, VD, Estella 2011)
Un contacto personal,una teología de la teología
El pensamiento de I. Ellacuría empezó estando marcado por el realismo ontológico de X. Zubiri, vinculado a una visión de la historia como proceso de liberación. Su aportación teológica ha sido sistematizada por J. Sobrino (con otras colaboraciones) en Mysterium liberationis. Conceptos fundamentales de la Teología de la liberación I-II, Madrid 1990. Ella puede resumirse en estos puntos:
a. Hay que volver al Jesús histórico, entendido como principio y fuente de vida para los creyentes. El cristianismo no es una teoría, sino un movimiento histórico de liberación y salvación.
b. El mensaje básico del Jesús histórico y de la Iglesia no es la existencia de un Reino trascendente de Dios en cuanto separado de los hombres, sino la llegada y construcción del Reino mesiánico que se encarna y expresa en las condiciones sociales e históricas de los hombres en el mundo, abriendo un proceso de liberación, desde los más pobres.
c. La Iglesia de Jesús debe comprometerse, de un modo intenso (aunque no violento, ni militar) en la historia de los hombres, desde un análisis concreto de la realidad, denunciando las injusticias del sistema y de los opresores y anunciando y promoviendo una paz hecha de justicia y amor, desde los más pobres. Por eso, aspecto místico e institucional de la Iglesia resulta inseparable de su compromiso histórico, que ha de expresarse en formas de trasformación social.
Una teología discutida, precisamente por ser histórica, al servicio de la liberación
Algunos adversarios le han acusado, diciendo que ha empleado métodos de análisis marxista de la sociedad y que ha sido partidario de la violencia institucional. En contra de eso, podemos afirmar que su pensamiento teórico ha estado más cercano a la filosofía de X. Zubiri (no a la de Marx), poniendo de relieve un tipo de realismo crítico, abierto a la toma de conciencia de la libertad personal y social, desde la raíz cristiana.
En esa línea, su pensamiento crítico y creador ha sido una expansión y aplicación del mensaje liberador de Jesús, en la nueva sociedad y cultura latinoamericana de la segunda mitad del Siglo XX, en oposición a la ideología dominante del sistema capitalista, que fue el inspirador y causando real de su muerte.
Por escribir lo que escribió y pensar lo que pensaba fue asesinado. Entre sus escritos: La principialidad de la esencia en X. Zubiri I-III (Madrid 1965); Teología Política (El Salvador 1973); Carácter político de la misión de Jesús (Lima 1974); Conversión de la Iglesia al Reino de Dios (Madrid 1984). Su obra filosófica más significativa es la Filosofía de la realidad histórica, publicada tras su muerte (Madrid, 1991). Otros trabajos suyos han sido recogidos en Escritos universitarios (San Salvador 1999).
En El Salvador, en su pueblo de Portugalete... en el mundo
He tenido la suerte de ir dos veces a visitar su tumba en la UCA del Salvador. Le he recordado siempre al pasar por su pueblo, al lado de Bibao. Siguiendo el camino de su teología y compromiso quiero seguir haciendo teología... así le recuerdo, como si fuera hoy, a los treinta años de su muerte.

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